jueves, 3 de diciembre de 2015

CANCIONES HIMNO.


No soy de “canciones himno”. Así, sin chorradas. Pero, por otra parte, soy incapaz de definir ese término. Pues vaya un comienzo. El caso es que a veces escucho un tema musical y pienso: “Es una canción himno”. Pero no consigo encontrar un denominador común a todas ellas, sus señas de identidad. Por dar alguna pista, no me refiero a composiciones que han nacido con esa voluntad de “himno de algo” sino a otras que, con orígenes diversos y a través de caminos a veces inescrutables, han llegado a dotarse de esa condición, indefinible para mí. Para salir del atolladero voy a recurrir a algunos ejemplos.

“Dirty old town”, pequeño tema compuesto en 1949 para cubrir el entreacto de una obra de teatro, hacía referencia a la suciedad de una ciudad inglesa, Salford. Tras un recorrido sinuoso, incluida su interpretación por el grupo The Pogues, acabó convirtiéndose en himno de la música folk irlandesa.

“Another brick in the wall” es una canción compuesta por el grupo Pink Floyd en 1979 para su álbum (y película) “The Wall”. Una metáfora de los traumas que el protagonista va experimentando a lo largo de su vida que acaba transformándose en himno contra la educación represiva. (Para mí, uno de los temas más insoportables de este grupo británico).

“You’re never walk alone” recoge las palabras de un padre hacia su hijo en una intimista canción compuesta en 1949 que el propio Elvis Presley interpretó años después. Y que ha acabado como himno entonado por los hooligans en varios estadios de fútbol.

Lalara, Lalara la-la, Lalara, “Lepoan hartu ta segi aurrera”, canción himno del ideario independentista vasco popularizada por intérpretes como Pantxo eta Peio o R.I.P. en su versión más ácida, tiene su origen en la melodía de una antigua marcha militar.

¿Ínfulas de trascendencia, tono épico, composiciones con vocación tribal? Podrían ser algunas de sus características definitorias. Pero los ejemplos nos indican que estas canciones himno no han nacido como tales sino que se han convertido en temas de exaltación colectiva por razones diversas. Y, como decía al principio, me interesan poco, musicalmente hablando. Pero, como casi siempre, hay excepciones.

En 2005 Iván Ferreiro (ex-miembro de Los Piratas) compone, al alimón con su hermano Amaro, “Turnedo”, un tema para su primer disco en solitario que pronto se convierte en canción himno. No sé si del amor, del desamor, de las playas… Y graba este sencillo pero extraordinario videoclip:


Unos años más tarde hace una versión en la que, curiosamente, el cierre instrumental de la canción original se convierte ahora en la introducción, en esta colaboración con Xoel López (entre gallegos anda el juego). Con un argumento lúcido (porque las canciones también tienen letra) y un final demoledor:

“¿Quién no tiene el valor para marcharse?
¿Quién prefiere quedarse y aguantar?
Marcharse y aguantar.”




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta el post porque soy una gran coleccionista de canciones himno....esas canciones que necesitas chutarte en el alma para recuperar la cordura en algunos momentos. Ivan es autor de unas cuantas de mis canciones himno, esas que llevan siglos en mi mp3 y me niego a reemplazar por la novedad de turno....y te aporto otra de sus letras: si cada noche que vivi, cada minuto que pasamos sin hablar desaparecen, repetire como yo quiera ese minuto que vivi y no me importa si hay rigor. Fue mi mantra en una mala epoca...

Emma Fernández García

Bernardo I. García de la Torre dijo...

La música siempre ha sido una buena terapia para curar las heridas del "alma", y para muchas más cosas. Y que Iván es uno de los mejores escritores de canciones de este país, de eso no hay ninguna duda. Espero que aquella mala época ya haya quedado atrás. Por cierto, me has dado una posible definición de canción himno: "canción para chutarse en el alma". Cuídate.